Blogia
¡Qué irracional eres!

Pensando

El libro "que necesitaba"

El libro "que necesitaba" Se trata de "la esperanza de Pandora", de Bruno Latour. Nada como pensar y hablar, inventar, lo que hace Latour, de forma muy realista en este libro y en este mundo donde la complejidad de la interpenetración entre "política", ciencia, tecnología, etc, es aparentemente inabordable.

Algo que os puede guiar -de forma muy muy escasa- sobre sociología de la ciencia es esto que conté aquí, al menos tiene unas cuantas referencias bibliográficas encontrables.

Mis últimos "diarios" en librexpresion

Soy "ivn" en ese blog de blogs, y he puesto estas cosas últimamente:

Sobre "racismo" y Zizek

Sobre un libro de Santiago Alba Rico.

Algo sobre Popper.

Sobre un libro de Gil Calvo.

Etc.

En otro sitio: Sobre "El frágil absoluto" de Slavoj Zizek

"El sublime objeto de la ideología"

He tenido un encuentro con un libro de los del "primer Zizek". "El sublime objeto de la ideología". Me gusta demasiado.



Zizek lleva decenas y decenas de años escribiendo libros, muchas veces parece que se repite demasiado. He leído varios de sus libros, como he podido, pero al dar con este de "El sublime..." me he dado cuenta de que no está de más empezar por él si se puede (lo he sacado de una biblioteca, pero no creo que esté en casi ninguna biblioteca, aunque parece que esté aún en Dios, osea, perdón, en "el mercado").



Estos eslovenos usan elementos de por ejemplo Hegel o Lacan -dos filósofos ya muertos y con muy muy mala fama en ciertos círculos (en otros no, ya que vivimos una época en la que quizás felizmente no se acabaron las ideologías y los dogmatismos)-, o la escuela de Frankfurt... etc, para "combatir", teóricamente, la ideología que nos presenta una supuesta e ilógica época posideológica que quieren hacernos creer que vivimos. Y parece mentira pero me da a mí que algo sí que "consiguen" estos eslovenos, que no hablan por hablar o resucitan por resucitar a muertos inservibles.



¿Cómo inventó Marx el síntoma?: I



Estos "herejes" de Zizek y compañía dicen que es Marx el que inventa eso del "síntoma". Así que aquellos "procederes" de aquellos "anticristos" llamados Freud y Marx algo tendrían que tener en común. Se trata de que trabajan sorteando una "trampilla": el buscar "contenidos ocultos" (esa es la trampa).



La mercancía y el sueño despliegan ya no un contenido oculto, sino una "forma". Esto es: es absurdo buscar como locos sólo "contenidos ocultos", secretitos objetivos. El truco está en preguntarse el "por qué" de esa forma en la que se manifiestan ambas cosas, por ejemplo los contenidos de los sueños.



En el caso de los sueños el "deseo" que en cierto modo se dice "nos constituye" se manifiesta como algo no simbolizable más que -"indirectamente"- mediante lo que Freud llamó "proceso primario". Esto es, mediante un proceso de "forma-ción", articulación. El problema no es "el fondo", lo oculto, sino la forma.



Fijarse entonces en lo que se requeriría:



  1. decimos que el sueño tiene que ser algo "significativo", querer "decir algo". Necesitamos romper la apariencia de "puro azar".
  2. pero ¡nos tenemos que quitar de la cabeza el "buscar el significado"!


Esto es, tenemos que centrarnos en "el trabajo del sueño", que es donde se manifiesta el inconsciente, inconsciente que maneja realmente pensamientos corrientes, conscientes, perfectamente "normales", que como decíamos: "está afuera".



A mí me pasó una vez de forma muy muy consciente, escuchando música, y verdaderamente no sé cómo no he buscado que me pase más veces así de "bien". En aquel caso, "el inconsciente" ligó las características de la música a contenidos conscientes normalísimos de la vida diaria, como por ejemplo bajar escalones, etc. Pero hubo una especie de sensación "plena", proporcionada por el mero hecho de conectarse dos cosas muy diferentes: el transcurrir de la forma musical, variada, que se está oyendo, y uno o varios sucesos disjuntos, perfectamente representados aunque quizá no muy complicados, pero eso sí, de la realidad. Cuando la ilusión "termina" uno casi se ve obligado a decir: ¡he descubierto algo! Y quizá de lo que hemos sido testigos es de algo así como de una especie de "acto puro de significación", no ligado a ningún mundo, fuera de toda posibilidad, de todo "mundo de realidad" posible.



Pues bien, resulta que Marx hace lo mismo que Freud al intentar buscar "el secreto de la 'forma-mercancía' ".



  1. Igual que antes, el valor de una mercancía, o del trabajo... no puede ser que dependa sólo del puro azar. Tiene que "haber algo más".
  2. Pero no nos podríamos quedar meramente con el significado, el contenido oculto, eso es la "economía política clásica", y Marx pretende ir más allá, precisamente alertando a esta que tras sus científicas explicaciones se haya algo misterioso: la forma misma.


Sí, lo sé, no hemos avanzado nada, menos si no sabemos o recordamos todo sobre Marx, vale.



Además, uno puede encontrarse en internet con textos como este:
"Que los conceptos abstractos puros no tienen precisamente el pensar como autor (Urheber) sino que vienen de alguna manera de "fuera", es el tema repetitivo (durchgaengiges Leitthema) de la historia de la filosofía occidental:..."



Página aquélla, por cierto, extrañamente traducida del alemán por unos colectivos de pacientes muy impacientes; os reiréis quizá al gustar de conocer esas rarezas y locuras si la visitáis, aunque desafortunadamente no están del todo "locos", pero sí son, como digo, extraordinariamente impacientes.



Esos textos, siguiendo donde estábamos, pueden hacer dudar de nuestra tarea. Ahora bien, recordad no sólo que Zizek lleva a cabo una especie de filosofía pop, que "ejemplifica "lo abstracto" con la vida diaria", con el cine, etc, sino que además estamos hablando de lo en común de dos autores, Marx y Freud, que nos siguen importando en tanto que sus "palabras": inconsciente, "ideal del yo", forma-mercancía, plusvalía... "nos rodean" y a veces materialmente nos agobian, y podemos seguir usando -antes aprendiendo- esos conceptos para aclarar algunos temas: nadie inventa desde la nada y la comunicación humana, cuando hay, se hace por ahora mediante "palabras" (hasta que inventemos la transmatemática, que en eso estamos y todo llegará ;) ).



Sigamos aún así complicando más la cosa.



Ahora se nos aparece un nombre inquietante y relativamente "desconocido": Alfred Sohn-Rethel.


Zizek dice de él que es el que desplegó más profundamente el "alcance universal" de la "forma" en el caso de Marx, esto es, de la forma-mercancía, vamos, lo que acabamos de presentar, meramente presentar. Este Sohn-Rethel es compañero de viaje de la escuela de Frankfurt, osea, amigo de gente como Adorno, Horkheimer...



Este señor se aventura nada más y nada menos que a decir algo así: la forma-mercancía es, como abstracción objetivada en la realidad vivida y experimentada, la que da pie al "sujeto trascendental" kantiano. Este sujeto, digamos que es algo que conceptualiza estupendamente cómo es posible que alguien pueda hacer "ciencia". Esto es, tenemos que la abstracción objetiva, la funcionalidad objetiva de lo social en la realidad, generaría esa subjetividad científica capaz de "captar la naturaleza". Entonces, ese pensamiento capaz de decirse a sí mismo que "conoce-objetivamente-con-validez-universal" nos vendría prefigurado nada más y nada menos que en nuestra sociedad de cada día, y sería por tanto condición para que haya podido existir. Existe entonces, una especie de "causalidad" entre los aspectos más abstractos de la mercancía que darían la condición de posibilidad de la ciencia y de toda la crítica kantiana, la tan venerada e insoslayable labor crítica de Kant, con sus categorías del pensamiento como marco a priori.



Nuestro tiempo sigue siendo "enemigo" de estas críticas simplemente "complejizantes", de este tipo de uniones "holistas" tan sorprendentes, pero dice Zizek que Sohn-Rethel consigue todo ello tras minuciosos análisis. Habrá entonces que leerlo. Desde luego tenemos claro que en filosofía si a algo se aprende quien algo aprende en bachillerato, por ejemplo, es a todo menos a criticar, y mucho menos a criticar la crítica, la ciencia.



Este pdf
es un resumen en francés del libro de Sohn-Rethel que comenta Zizek.



Haciendo otro "excurso"...: no sé si habéis sentido alguna vez esa "abstracción". Yo la vinculo con la horrible sensación, el "mal cuerpo", tan común, que te deja el hecho de que a uno le paguen seres conocidos/amados (como alumnos, etc)... la mercancía, tratar el trabajo del otro, osea, directamente al otro como mercancía, inscribirlo en ese flujo universal y homogéneo... es una abstracción pura y dura, y eso lo queramos o no: "no es de este mundo". Para bien o para mal. Para algo más que para hacer dinero o cambiar las políticas existirán los bancos, algunos tan inhumanos como el Banco Mundial, pero bueno.



De todas maneras, hemos metido mucha "paja" antes de una observación fundamental: el dinero es antes que la ciencia de la que hablamos, es muy anterior en el tiempo. "Lo cuantitativo", tiene entonces un gran "trabajo hecho" mediante ese simple "dinero", y a la hora de poder hablar más tarde de ciencia cuantitativa o de mecánica clásica de las partículas en espacios meramente geométricos, "abstractos". Aparte, Sohn-Rethel no se contenta con meter aquí a la física y a las matemáticas, también arremete con la filosofía de la razón pura.



Así que tenemos una abstracción real, demasiado real, y además ya la tenemos liada: el inconsciente está afuera, tiene que ver con lo real no simbolizable, ay ay ay... todo tiene mucho que ver. Nos quemamos. Y eso dice Zizek. "la 'abstracción real' es el inconsciente del sujeto trascendental, el soporte del conocimiento científico objetivo universal". ¿Para qué puede servir esto? Leamos todo el libro a ver qué sacamos en claro, quizás se nos olvide esta pregunta y simplemente quedemos cautivados por la fuerza de los conceptos que intenta divulgar Zizek, o quizás no.



Recordemos que hay "real" y hay "realidad". Esa "abstracción real" no es "realidad", no se encuentra en las propiedades de las mercancías, es nuestra subjetividad la que impepinablemente hace que allí "se encuentre"; y no sólo eso, ese real "espectral" es por decirlo así, la sustancia más íntima de lo social. Está "implícita" en el intercambio de mercancías. Las mercancías por tanto... ¡cobran vida! Ellas creen que son indestructibles, incorruptibles en tanto portadoras de un valor que lo es a lo largo de toda la eternidad, y lo creen nada más y nada menos que A TRAVÉS DE NOSOTROS. Los objetos creen, hemos trasladado las creencias hacia los objetos, nosotros "ya no creemos", se dice, "vivimos en una sociedad 'posideológica', nos reímos interior o exteriormente de "nuestros" ideales -y por supuesto también de los de nuestros "seudo-amos", claro... Toy story no es -por cierto- una mala película para empezar a pensar "en psicoanálisis", a la vista de esta vida recobrada por las mercancías/juguetes ;)... ¿todos estos guionistas están haciendo un guiño a la teoría marxiana?



Buzz Lightyear cree que tiene que salvar a su planeta de un malvado, pero de repente... se da cuenta de que "es sólo una mercancía en el mundo de los humanos"... y lógicamente se conforma con estar viva en tal mundo, por supuesto, pues como vemos, ¡los juguetes sí que están "vivos"!, creen a través de nosotros... Quizá haya entonces algo ultrarRradicalmenteChupiSubversivo en esta película: vale, asumido que las mercancías están vivas... ¡juguemos con ellas! Esto es: ¡locura total para destrozar su monolítica creencia! ¡hagámosles creer otra cosa a las mercancías! ¡soñemos cosas más divertidas que una mera eternidad del valor a través de ellas!



Bueno, aparte de los desvaríes acabados de realizar por mi persona con el fin de desentumeceros un poco, este tema de la "política radical" es uno de los puntos claves del comienzo del magnífico libro de Zizek: cómo hablar de "democracia radical" y de política "en serio", cuando sabemos que hay demasiada y a la vez insuficiente "razón" en la cínica crítica de la ideología liberal: "cualquier intento de actualizar "utopías" te lleva al peor totalitarismo". Pues es que da la casualidad que la ideología liberal es, como bien dice el nombre, otra ideología, - de la que por cierto ya vemos o sufrimos sus tics totalitarios. Todo lo que se justifique con las palabras de "ciencia", "objetividad"... no es menos merecedor de nuestras sospechas que lo que lo haga con las palabras "rabanitos" o "cocción", pues la -mi propia- observación siguiente demuestra en qué clase de ridículo estamos, la puse de carrerilla, mirad: "la ciencia (y la cocina) no son conocimientos y procederes absolutos que hayan llegado ya a una perfección superior en la que poder verter todas nuestras vaguerías y/o afanes de protagonismo". ¿Os dáis cuenta? Me he metido yo solito en la trampa, suele pasar, caer en las técnicas que quieres denunciar o criticar: he exigido perfección, he dado siquiera pie a ese "concepto", a la "pureza", a la "razón" aislada de todo contenido social... así que como véis, el pedir de algo que sea así y que nos digiera en sus fauces sociales en tanto tal superioridad científica es el síntoma de que vivimos encerrados en una especie de "círculo ideológico". Por todo ello seguimos requiriendo pensar, como siempre lo han requerido y lo requieren hasta los propios científicos en las épocas de crisis o de creación: pensar la forma de esas ideologías posideológicas. Pensar cómo son siempre -por supuesto- "ideológicas". Se nos dice que se ha acabado la era de la historia, de la ideología, etc... ¿Por qué? ¿Cuál es la trampa ideológica aquí?



Veamos, la abstracción real no es realidad, pero tampoco es pensamiento a secas. Es algo así como que el pensamiento se encuentra con lo que lo articula afuera, ahí afuera. Eso además sería una sucinta definición de "inconsciente": "la forma del pensamiento externa al propio pensamiento, Otra Escena externa al pensamiento con la cual la forma de éste ya se ve articulada de antemano" (pág. 44). Es esa realidad formal externa a la que nos referimos si decimos "orden simbólico", orden que media, complementa, altera, la relación entre los hechos externos y lo interno subjetivo. Althusser rechazó el concepto de "abstracción real", Sohn-Rethel critica eso de Althusser, ya que como véis quizá necesitemos meter algo más entre "objeto real" y "conocimiento". Y hemos visto qué: un orden formal prácticamente inasible, espectral, el del inconsciente/orden-simbólico, el de la forma-mercancía... ¿Se ve? ¿Se ve qué increíble escándalo supone decir a "toda la reflexión filosófica" que su "realidad" también está afuera y de una forma básica, esto es, se encuentra "controlada" por algo que no controla?



Así que llegamos a una especie de apoteosis aclaradora: En palabras de Sohn-Rethel: "Así pues, cuando hablamos del carácter abstracto del intercambio hemos de tener cuidado de no aplicar el término a la conciencia de los agentes del intercambio. A ellos se supone que les ocupa el uso de las mercancías que ven, pero les ocupa sólo en la imaginación. Es la acción del intercambio y sólo ella la que es abstracta... el carácter abstracto de tal acción no se puede constatar cuando ésta sucede porque la conciencia de sus agentes está entrando en relación con el negocio que éstos hacen y con la apariencia empírica de las cosas que pertenecen al uso de los mismos. Se podría decir que el carácter abstracto de su acción está más allá y sus actores no pueden darse cuenta de aquél porque su conciencia se interpone en el camino. Si el carácter abstracto les capturara la mente, la acción dejaría de ser intercambio y no surgiría la abstracción.". Y ahora viene lo bueno: resulta que al tener que rechazar esa dimensión universal y socio-sintética en el acto de intercambio, cuando compramos, nos sentimos individuos atomizados en el mercado, con intereses propios, haciendo negocios, aislados... Así que reprimimos una dimensión social de nuestros actos, por necesidad. Y dice Zizek a través de Sohn: "esta dimensión social reprimida de su acto emerge por consiguiente en forma de su contrario, como Razón universal dirigida a la observación de la naturaleza". Así que tenemos un no-conocimiento que es esencial para conformar la realidad, realidad que se vería tocada si llegáramos a "saber demasiado".



Y he aquí entonces la dimensión fundamental de lo "ideológico" que por fuerza nos ha de servir para analizar nuestras ideologías en la era posideológica que pretenden hacernos vivir: las ideologías no son sólo "falsas conciencias", ilusiones sobre la realidad, ¡es la propia realidad la que es ideológica! Ideológico sería nuestro ser social, nosotros en tanto que "somos" gracias a estar soportados por una "falsa conciencia". Y esta es también la dimensión del síntoma: "una formación cuya consistencia implica un cierto no-conocimiento por parte del sujeto": sólo viviremos repetidamente síntomas en la medida en que no interpretemos, en que la lógica no sea accesible, se escape. Si ocurre lo contrario adiós síntoma, adiós "mundo".



Así que nos las vemos ya con el síntoma, el síntoma social y marxiano. Fue Lacan al parecer el que dijo que Marx inventó el síntoma. Fijarse muy bien, el síntoma es esencial, es algo constitutivo. De él depende la consistencia de la realidad.



Esperemos que con los siguientes resúmenes vayamos conectando cosas, va a ser difícil pues el mismo Zizek no pretende hacer "manuales", no se trata de eso.

"

Una pequeña y simpática demostración de que tod@s somos racistas.

  • En este breve "texto", con la ayuda de un libro* de Zizek y alguna digresión propia adornaremos una demostración final -encontrable en ese mismo libro de Zizek- de que todos somos racistas.



Se supone que el surgimiento del "mundo moderno" socava la idea tradicional de la tragedia, el "hado mítico que rige el destino humano".



Me pregunto, así, para empezar: ¿serviría de algo hablar someramente qué es lo que tiene que ver "el sentido", ese "sentido de la vida", con esto que comenta Zizek que supuestamente queda socavado?



Es de suponer que como "seres humanos finitos" siempre tenemos un componente de imaginación/poesía/mito, por llamarlo así. Dicen incluso que eso es algo "a explotar", a lo largo de toda la vida, para todo tipo de tareas, incluso para las científicas. Conozco un libro muy bonito que habla sobre esa desatención hacia ese "invariante". Habla de que debemos cuidar en cierto modo de ese aspecto, atenderlo más, a propósito de por ejemplo los niños. No se debe luchar "artificialmente" tanto -cuando se modela esa "materia prima" que constituyen "los niños"- para llevarles rápida y/o violentamente a los aspectos "anti-imaginativos" que necesariamente conlleva nuestra cultura totalmente volcada en lo escrito, en la cual, las técnicas de lo que llaman la "oralidad", la poesía, esas "mnemotecnias" y esas sutiles técnicas, repeticiones, etc, usadas por ejemplo por Homero, no tienen importancia alguna. Y ya se suele decir: "todo está escrito en los libros". Los cuerpos, osea, también "los cerebros", son, "obviamente", secundarios.



Lo que es con respecto a mi experiencia, por ejemplo, tengo la sensación de haber aprendido básicamente a olvidar, a no aprehender ninguna herramienta para usar, bien sea con las manos, con la cabeza, para pensar o analizar... nada (de hecho los exámenes y los apuntes y demás elementos creo recordar que la moda era tirarlos o quemarlos; los exámenes de hecho es así, seguro, son aquello con lo que consigues tu entrada en el cielo escrito del buen -mal- curriculum y sabemos que desaparece automáticamente en las fauces del Gran-Otro-que-no-existe, de lo administrativo de tu colegio, y de hecho lo recordamos, no sé si os acordáis, y parece haberse vivido, en la infancia, como una especie de tabú.).



El psicoanálisis es como una especie de intento de tratar "científicamente" una cierta "matriz humana" que es compartida, osea, con la que también "juegan" las prácticas "mágicas", "shamánicas", de las tribus y de las culturas donde tales cosas existen. Ese puede ser uno de los motivos para que "caiga" tan mal y para que de hecho a menudo él mismo no quiera otra cosa que "caer mal" a lo meramente "académico" (como por otra parte creo que dicen que pasa o pasaba muchísimo con el marxismo).



¿Los mitos podríamos decir que nos representan "círculos", vidas "predestinadas" a una cierta fatalidad (Edipo...), la lógica del destino, una solución ejemplar y formal a todo "problema"?



(Digamos eso entonces, y quien quiera y cuando quiera que diga lo que quiera -por favor- sobre esa simplificación.)



Zizek aparte comenta cosas muy curiosas.



Dice que la lección de Adorno y Horkheimer en "Dialéctica de la Ilustración" es que la misma ilustración ya es mítica, ya que su propio gesto fundador repite la operación del mito".



Y bueno, está claro que en esa simplificación que he hecho arriba sobre el mito -apropiarse, proporcionar soluciones/esquema para todo... ese proporcionar cierta "tranquilidad" apabullante...-... ahí es fácil ver el gesto de la ilustración, ese quietismo de dejar hacer a la razón.



La ilustración por tanto comenzaría a poner de su parte alguna especie de "mito", y ello, sin "darse mucha cuenta", claro. Y realmente, el "mito" en sí, dice Zizek, aparecería más tarde, en la sociedad postindustrial... ¿y de cuál creéis que habla Zizek, qué mito propone como ese mito intrínseco al gesto ilustrado?: el posmodernismo.



Para quizá empezar a enterarnos de algo digamos que Zizek habla de que el gesto moderno por excelencia es el de ver algún detalle cotidiano, o una vida normal, como reflejo de algo mítico/a, como un mito vaya. Como contrapartida a ello tendríamos el gesto posmoderno que vería lo mítico como simples detalles superfluos, banales, cotidianos, sin importancia.



Ahora veamos una curiosa descripción que hace Zizek en otra parte del libro* que quizá nos ayude a empezar a vislumbrar cómo funciona el mito del posmodernismo en relación al racismo.



Cerca del año 2000 hubo una entrevista en la televisión austríaca que Zizek debió ver por televisión. Los participantes: un albanés, un serbio y un pacifista austríaco. Quizá conozcáis ya las posturas de los dos primeros, que manejan los "mitos étnicos".



Los serbios dicen que tienen derecho a Kosovo puesto que esta tierra es la "madre" de Serbia. Los kosovares dicen que han sido oprimidos durante décadas y que ya van teniendo derecho a su "entidad política soberana". Quizá podríamos caricaturizar a ambos contendientes imaginando a nuestro Arzallus frente a un Mayor Oreja (perdonad por sacarlos a colación, a esas dos personas, ambas desde luego tan comprometidas con lo que es la verdadera política y con los pobres y desheredados de la tierra). Ahora bien, el pacifista intentaba hacer de conciliador: "no se maten, hagan lo que hagan y piensen lo que piensen, lo mejor es siempre resistirse a la tentación, terrible, del odio y la venganza". Zizek dice que en ese momento, que cuando el pacifista dijo eso, los dos opositores no "alternativos", los "oficiales" "poderosos" se miraron con un gesto solidario de perplejidad compartida, como diciendo "¿De qué estará hablando este idiota? ¿Comprende algo?"



Sorprendentemente aquí, añade Zizek, y ya sí que cito del todo literalmente: "En este cruce fugaz de miradas, atisbo un vislumbre de esperanza: si el serbio y el albanés, en lugar de luchar entre sí, hubieran sido capaces de unir sus fuerzas y poner fuera de combate al estúpido pacifista, todavía hubiera habido alguna esperanza para Yugoslavia."



Ahora se "disculpará", osea, dirá que no le vayamos a entender mal...



Antes de oir su disculpa retrocedamos hacia nuestras horrendas simplificaciones anteriores.



El serbio y el albanés poderosos definitivamente "son posmodernos". Osea, saben que "los mitos ejemplifican cosas de la vida diaria", son "basurillas" de la humanidad con las que apañárselas para montarse la vida, cosas, partidos, etc. Ellos, ambos dos, ejemplifican nuestra postindustrial llegada, definitiva llegada, a la supuesta verdad que prefiguró aquél "pre-mito" de la ilustración: el posmodernismo como mito, como estructura, explicación. ¿Qué es el pacifista? El pacifista no aclara este punto, el pacifista cree ¡en los mitos premodernos! No entiende verdaderamente nada del "posmodernismo", no sabe literalmente con qué, con quién está hablando. No sabe en qué mundo vive.



Ahora la disculpa de Zizek.



Y es que es verdad, es duro pegarle una leche a un pacifista bienintencionado, que no tiene poder, no es "oficial", vamos, que no se debe, no es precisamente lo "políticamente correcto". Sin embargo, la perplejidad posmoderna cínica ante lo que el pacifista decía, ante esa palpable ignorancia mostrada, existe porque dicho alternativo se toma en demasiado en serio la parafernalia nacionalista de que si las pasiones de la ancestralidad, etc... sin tener en absoluto en cuenta el que todas esas cosas a los serbios y los albaneses, lejos de capturarles, "les sirven". Ahora, dice Zizek: "lo que resultaba falso en el pacifista, no era su pacifismo como tal, sino su concepción despolitizada y racista de que la causa última de la guerra posyugoslava era la intolerancia étnica y la reaparición de los viejos odios étnicos". Osea, nada de hablar de capitalismo, nada de economía, aceptar la ficción basada en lo ancestral que parece ser un mero recurso ideológico a manipular por esos cínicos posmodernos que se valdrían de un mito estructural mucho más profundo.



Zizek, no contento con esta provocación va a más y nos lanza la siguiente "bofetada". Dice que si nos sentimos heridos por lo que acabamos de leer es porque directamente somos racistas, y que en eso consiste lo más esencial del racismo: la apolítica de la ancestralidad, la activación de los mitos premodernos como sustrato donde jugar a jueguecitos, por ejemplo en la televisión al juego de las alternativas políticas: izquierda/derecha-malamalísima... etc.



*Textos y materiales sacados de "Quién dijo totalitarismo?: Cinco intervenciones sobre el (mal)uso de una noción". Editorial Pretextos. Slavoj Zizek."

Idiotez, saber y capitalismo

Idiotez, saber y capitalismo

¿Por qué te dicen a veces que "parecen idiotas" por ejemplo los "izquierdistas" o también "los que quieren cambiar algo" -por ejemplo el despilfarro interesado de las multinacionales?

Es algo muy curioso y un fenómeno que no se da sólo "en política",también ocurre cuando alguien llega a algún sitio con mentalidad de "pensar por sí mismo", y quiere aportar algo, etc, ya que "no es lo normal". Aunque también hay lugares en donde es más "impensable" que esas cosas ocurran: por ejemplo en la univesidad es una especie de "axioma" el que la forma de las clases y las materias "son las que son", "llueven como del cielo" y llegaron al mundo en un pasado idílico, remoto, en el que un dios benefactor hizo posar el Conocimiento sobre la Tierra para quedarse así, fosilizado, en las mentes privilegiadas de unos a menudo vulgares "patanes" (es el caso de muchas facultades aún). Por algo estamos en el reino cada vez más oscuro de "los expertos".

Desde la misma empresa, donde se favorece la idiotez hasta niveles macabros, hasta otros lugares que de por sí deberían ser más abiertos nos encontramos con lo mismo: la magia del "yo estoy por encima de ti" primando sobre el intercambio de las personas, sobre sus capacidades e hipotecando el futuro de los que sin duda podemos seguir llamando: "los oprimidos" (este texto va sobre la idiotez así que por supuesto esperamos que nos llamen idiotas, no nos importa).

Entonces un estudiante es "un oprimido", más bien, a veces un cierto "tipo" de "auto-oprimido" (ya que "hay que estudiar", lo que te dicen y como te dicen, eso queda presupuesto, obviamente y da gracias a dios, hay que estudiar por tanto, que si no no se tiene "un buen trabajo"): por ejemplo a un estudiante no se le puede pasar por la cabeza tener dinero ni casa y ni siquiera tiene "la necesidad" de independencia ya que a menudo la adolescencia se prolonga hasta edades en que en otros continentes la gente se muere, etc.

Ahora bien, todo ello -se dice o se diría- es porque el chico/a "está formándose", y luego, contradictoriamente, tenemos una sociedad donde en muchos ámbitos se favorece a placer y bien pagada la mediocridad y la estupidez. Sin ir más lejos entre los políticos (ya que son los encargados de mantener la situación, y ya que nuevamente lo que interesa no es más que eso, que la gente aprenda a ser idiota, así que qué mejor que poner idiotas en la administración de lo público).

En cuanto a las empresas podemos seguir usando la palabra "oprimido". Claro, pese a que hay algunas empresas -es un tópico- que ya juegan con el trabajo en equipo, que si la ilusión por el trabajo, el trato del jefe como un amigo... y todo eso, no creo que sean demasiadas en nuestro país las que trabajen así y en las que se tenga buen sueldo.

Tenemos que hacer notar la artificialmente creada mediocridad española. Se hizo un golpe de estado y una guerra para ello, para que se perpetuasen cómodamente esas maravillas que la jerarquía gusta tanto de proporcionar: ignorancia, miedo, hambre. Tendremos quizá por tanto una mayor estupidez y un menor amor propio ante "los cargos", aparte de una buena dosis de precariedad.

Por un lado las jerarquías tienen por tanto a mucha gente artificialmente infeliz e hipotecada, empobrecida en un mar de mercancías y despilfarro (y todo para a menudo que los ricos también lloren y se suiciden por depresión, vamos, muy lógico todo).

Por otro lado las multinacionales y las empresas se empezaron hace tiempo a dar cuenta de que ante la inmensa separación entre "la masa" y unos expertos cada vez más especializados en una sociedad que podía o bien necesitarlos o bien crear la necesidad de ellos (y las diversas mezclas de ambas cosas) allí había un pastel para ellos.

Un experto es alguien que en una "sociedad de ignorantes" -ignorantes que no sabemos que realmente "contamos" en todo esto- puede ser el vehículo y de hecho lo es, para acrecentar "el dominio de la economía" sobre los intereses públicos. Esto es, por poner un ejemplo que no sea directamente el aburrido de la ciencia económica: en la investigación en biología se usan los recursos públicos en beneficio de empresas privadas más o menos grandes, creándose así pequeñas "mafias" de jefecillos que se aprovechan de esa inyección de fondos y favoreciendo así el oscurantismo, ya que quieras que no eso "remuerde la conciencia" y crea una mayor indisposición para la consustancial "alegría" de compartir, hablar y aprender en que consiste la ciencia.

Una de las maneras en que se nos mete ese miedo y el "desamor" para con el "saber" y el "hacer", y una incapacidad artificial de "curiosear" ya vemos que es "la educación", que muy a menudo consigue eso.

Habría entonces que estar muy alertado de este fenómeno para ser por ejemplo un buen padre/madre/tutor y que las actitudes contraproducentes que las jerarquías aportan, no sean del todo "aprendidas" por los que están algo "por debajo" de ti, o bien por los que "se educan", para que no "capten" "la mierda", los males que aquejan a los que tienen delante, a los funcionarios o padres: hastío, depresión, odio a los alumnos... todo eso que a veces captan tan bien estos "oprimidos" y que al final el círculo vicioso crece y crece en su absurdo (aparte de la autoopresión también hay gente que llega a la cárcel, que es una fantástica solución para todas estas cosas y que afortunadamente ha caído del cielo hacia nuestro planeta).

Además, todas estas "obviedades" no son inútiles, "la idiotez" no es inútil, es a veces el único recurso para aprender, ya que cuando decimos "idiotez" a menudo nos referimos a la "inocencia", que es aquello que nos permite aprender y comprender. Todo esto sirve entonces a modo de solución particular para quien quiera tenerlo en cuenta, por ejemplo hacia sus "hijos", sobrinos, etc. Es algo obvio, pero para mucha gente no tanto.

A veces es una ventaja ser un poco "de izquierdas" y pensar estas "íntimas utilidades", aunque también es sin duda una gran ventaja tener mucho dinero, ya que como hemos señalado, lo de las becas y lo de salir de casa y estudiar no está de moda, aquí al menos somos muy "amantes" de la familia, el rey...

Ya véis que con esto por supuesto no estamos comentando nada sobre "la revolución", sobre los cambios políticos y "lógicos" que pueden ocurrir y ocurren, simplemente hablamos de la sana utilidad de "pensar" en un mundo cada vez más absurdo donde hacemos cada vez más cosas porque creemos que los demás creen que haciéndolas somos más "buenas personas", somos más "útiles" para la sociedad (cuando lo que se es es "normal": ajustado a la fantasía de la norma, o bien simplemente un subnormal perdido).

Educación, Fahrenheit 9/11, Guerra, CIencia, Miedo.

Qué de obviedades que a veces siento como que necesitan de "repetirse/me" una y otra vez!

Llegados a un punto del "curriculum" escolar ¿a quién y para qué sirve la educación?

Los que "no aprovechan" y "no progresan adecuadamente", siendo como son, a menudo, una gran mayoría ¿por qué tienen que estar sentados, cansándose, malgastando su vida y sus ganas de aprender y curiosear?

La respuesta es muy sencilla, obvia.

Vengo de ver la película Fahrenheit 9/11, del cachondo de Michael Moore y esta termina citando a Orwell.

La guerra forma parte de una "sociedad del miedo", sociedad que ya es "global", y esta guerra tiene el cometido de "preservar las jerarquías".

En una sociedad con jerarquías son necesarios el miedo y la ignorancia, también es necesaria la enfermedad (de hecho entre los negocios de la propia familia Bush creo que también podemos contar con al menos parte de alguna que otra farmacéutica).

Son necesarios por tanto los centros de enseñanza, para aburrir, clasificar, agobiar y para nunca jamás preguntar a los chavales qué les apetece, ni dialogar con ellos. El diálogo es si acaso cosa de los psicólogos contratados a tal efecto, pues resulta que "la salud es la enfermedad", esto es, la necesidad de guía, de asesoramiento, el mero necesitar hablar y pedir consejo es algo que llevan unos médicos llamados psicólogos (!).

¿Semejante locura cómo perdura en el tiempo? ¿Cómo podemos ser tan brutos? Yo, cada vez que oía hablar del psicólogo, y pese a que lo llamaban a veces de otro modo -que tenía que ver con el asesorar- sentía rechazo a esa figura, sin embargo necesitaba apoyo de ese tipo: mi familia no es una familia de catedráticos o profesores ni de personas reflexivas y buenos "educadores").

La paz es la guerra, el saber es la ignorancia, la libertad es la esclavitud, y, en estos tiempos modernos, a este doblepensar contradictorio hay que añadir -por ejemplo- algo que poco a poco se va convirtiendo en "realidad", el hambre es el sida.

Hoy nuevamente vi un "anuncio" que tiene que ver con esto, de tantos que echan en los telediarios de la televisión. Se trata de la historia de siempre: batas blancas, unas más o menos sofisticadas máquinas impolutas, biólogos, tubos de ensayo, "científicos" acariciando ratas... Maravilloso anuncio publicitario.

Pero ¿por qué voy a decir no sólo que era un "anuncio" sino que engaña, "mitifica"?

Porque la palabra 'ciencia' está sirviendo para "articular", en lo que es la "sociedad real", un mito que le es útil a las multinacionales y a los demás agentes, todos ellos desinteresados que luchan "por el bien y la salvación de la humanidad" (sí, también hablan de "salvación"). Bajo esa propaganda del telediario se esconde un proceso de apropiación de lo científico, proceso que lleva ya mucho tiempo en marcha.

Los que se lo apropian: las multinacionales, que ponen grandes partes de lo científico a su servicio. Así que la 'razón' y la 'ciencia', a nivel popular funcionan como -pudiéramos llamar por simplificar- cierto mito/"dios", y, por supuesto, "por un cierto interés", claro.

Así -y como se viene haciendo a lo largo de la historia- "se mantiene en la ignorancia a la gente", pero esta vez de una forma pudiéramos decir más "refinada", ya que en los telediarios sale un mensaje claro: mira, aquí tienes la ciencia y la verdad, y las tienes -por supuesto- no contaminadas por otro interés que no sea el de curarte a ti y a los tuyos o el de descubrir cosas útiles y bonitas para ti. Por tanto, en cierto modo el saber retransmitido por televisión choca de frente con la ignorancia propia y ayuda también a "fortalecer las jerarquías".

La guerra retransmitida es nuestra paz: la paz pasa a ser en algún modo también la guerra.

La ciencia retransmitida se convierte en el salón de casa en nuestra ignorancia acrítica: la ciencia es la ignorancia.

La libertad política que nos retransmiten por televisión se convierte también en nuestra esclavitud real, pues eso somos, esclavos de sus estrategias de doblepensar, de su verdad intocable y televisada, del trabajo precario en la mayoría de los casos, etc.

Los telediarios son cada vez más, ya lo sabíamos, el medio de propaganda de este absurdo "inconscientizado" que nos traemos entre manos. En ellos se dispensan mentiras una y otra vez con desparpajo (por ejemplo lo que está pasando con el 11-M, con todas esas declaraciones que mienten palpablemente cometiendo un delito grave que como siempre quedará "impune" en no tratándose de vulgares chorizos).

¿Por qué siguen usando tan rastreramente nuestro miedo a morir, a arriesgarse? Seguramente podríamos prepararnos de otro modo para ser más fuertes ante las manipulaciones, aunque para ello -claro- haría falta quizas hacer desaparecer "la enseñanza" tal y como la conocemos, y muchas otras cosas. ¿Un círculo vicioso?

¿A qué se debe la facilidad con que se nos manipula? ¿Es acaso, y complementando a la disciplina del pupitre, que todos tenemos ya -"como en el inconsciente"- que la humanidad puede desaparecer, como toda otra especie sobre la tierra?

Si es así saquemos eso del inconsciente y hagámoslo formar parte de nuestro día a día, eduquémonos para la vida y no para morir a los pocos años de haber nacido, delante de una pantalla aterrorizados, de miedo, por algo que es sencillamente "de cajón".

¿Qué es la verdad? Pregunta retórica

¿Qué es la verdad? Pregunta retórica Fíjate en lo siguiente. Las matemáticas son también "letras", como el resto del lenguaje. Y podemos calcular lo que tú quieras con ordenadores, ya que estos nos sirven para verificar teorías, etc. Pero para empezar date cuenta de la importancia de las letras y los símbolos a la hora de tener en cuenta la "comprensión" y la comunicación (en el futuro podríamos usar cada vez más, con ayuda de la técnica, métodos de "simbolización" más complejos, pero al final seguramente nunca deje de existir la posibilidad de comunicarnos casi meramente con palabras cosas realmente muy interesantes en cuanto a eso que llamamos "comprensión" y que seguramente tiene que ver con la "autoconciencia").

Puedes sentir con esos símbolos -y gracias en parte a tu experiencia- sentir cómo esas palabras, proposiciones, etc, "son" o no "verdaderas". Es algo que puedes decir dependiendo de tu proceso vital y de tus conocimientos, así como los del resto de los humanos.

Ahora bien, "la verdad" es algo "puesto en juego" en el mundo gracias a nuestra capacidad de comunicación/escritura/técnica y de interacción con nuestro universo (humano, humano/físico...). Somos capaces por tanto de ir encontrando, y cada vez más conscientemente, categorías subjetivas (en las matemáticas/física, filosofía, etc) que nos ayudan a hablar y "entender" el mundo, a "mapearlo"; ya sea el "mundo" meramente subjetivo o también el objetivo (que es cuando lo ponemos en relación con el subjetivo de cierta "letra pura").

La verdad depende de que nuestro pensamiento se ajuste correctamente a una categoría subjetiva que puede o no relacionarse además con lo que llamamos "objetivo", con el que postulamos "mundo externo" pero que en definitiva (y mientras no podamos meternos nanochips dentro) nunca realmente "conocemos" más que en interacción con él y en cierto proceso de acumulación/verificación de la información.

Ahora bien, una versión "izquierdista" muy bonita de "la verdad" es la de Alain Badiou.

Entre otros procesos que él llama "de fidelidad" (verité), él habla de la política como un procedimiento donde la verdad es un cierto "múltiple" que no está representado por el estado de una situación concreta, sólo se presenta en ella.

Los "militantes" "copertenecen" a este procedimiento de fidelidad donde la verdad se dice que agujerea la enciclopedia de la situación dada, esto es, los militantes pueden nombrar su ser en cierto modo "acontecimiental", pero ese nombre forma parte de un proceso de indagación "ilegal" dentro de la enciclopedia, y que está motivado por cierta lucha en pos de una mayor igualdad, pues en el fondo no hay mayor "verdad" que la de que tod@s nacemos iguales, con iguales oportunidades de "realizarnos", de aprender, de estudiar, disfrutar, y de -tod@s- ser unos "genios".

Así que "la verdad" es -mirada de este modo- algo que se muestra finito y relativo a una situación dada, irrepetible (las situaciones sociales lo son por completo, irrepetibles). En esa "situación" las personas, iguales por nacimiento, sienten como suya una lucha por "la verdad igualitaria", y es lo que Badiou llama "la política" auténtica (que no suele ser la parlamentaria ni amiga del "consenso").

La verdad en general "agujerea el saber", pues las enciclopedias y el saber cambian y dependen de lo permeables que sean en aceptar "re-estructuraciones", nuevas teorías y formas de pensar que a veces desfiguran tanto el saber que éste, a lo largo de los siglos, se hace "irreconocible" en sus formas, aunque quizá no en su "esencia", pues todo auténtico saber siempre ha sido "hijo" de estos procedimientos auténticos de fidelidad a un proceso de descubrimiento libre y desinteresado en pos de "la verdad".

Flechas: yo me relaciono porque tú te relacionas porque él/ella se relaciona porque nosotros nos relacionamos, vosotr@s os relacionáis y ell@s se relacionan

Flechas: yo me relaciono porque tú te relacionas porque él/ella se relaciona porque nosotros nos relacionamos, vosotr@s os relacionáis y ell@s se relacionan La gente y las cosas se relacionan entre sí, y es relacionándose como son. No al revés. Uno no es y luego se relaciona, sino que se relaciona por o para ser; o al menos para seguir siendo. (Imagino que no hablando nada a un recién nacido se comprobará que este en realidad "es poquita cosa", aunque "en potencia..." ya se sabe.)

Así que de aquí es muy sencillo observar que el colegio te deja tont@: la relación no existe, es un mero espectáculo en la mayoría de los casos.

Tú no eres el sujeto de ninguna investigación, acción, relación; no es sino de casualidad, de familia o gracias a que las palabras no dejan de todas maneras de conformar esas flechas que nos atraviesan -y que quieras que no algo nos relacionan- como conseguimos sobreponernos, con mayor o menor dificultad, a la educación-control que hemos experimentado.

Peor aún es que esto continúa en la a veces "elitista" universidad, y de tal manera que, pese a todo lo aprendido, uno está lo suficientemente "perdid@" como para que no queden apenas ganas de relacionarse, investigar, etc. Así que nuestro sistema mundial de dar/quitar precariedad/becas se ve menos obstruído -esto debido quizá "a nada en particular": al final lo que muchos aprendemos es básicamente a estar callad@s, sentados y a ser espectadores de lo que otros han vivido, creado o amado.

Y por tanto los conocimientos "high level", a veces bastante "sencillos", siguen ahí en cierto modo y "por sistema" disimulados.

Curiosamente ocurre entonces que no vinimos a este mundo para cambiarlo, vivirlo o para ser dueños de él, ya que para ello existen ya ciertas formas bien establecidas de ir por ahí, a placer -mediante multinacionales, "trampas económicas" o "leyes-no-leyes".

Por cierto -y como habréis observado- gracias a internet se hace si cabe más patente nuestro "escándalo".