"El sublime objeto de la ideología"
Zizek lleva decenas y decenas de años escribiendo libros, muchas veces parece que se repite demasiado. He leído varios de sus libros, como he podido, pero al dar con este de "El sublime..." me he dado cuenta de que no está de más empezar por él si se puede (lo he sacado de una biblioteca, pero no creo que esté en casi ninguna biblioteca, aunque sí parece que esté aún en Dios, osea, perdón, en "el mercado").
Estos eslovenos usan elementos de por ejemplo Hegel o Lacan -dos filósofos ya muertos y con muy muy mala fama en ciertos círculos (en otros no, ya que vivimos una época en la que quizás felizmente no se acabaron las ideologías y los dogmatismos)-, o la escuela de Frankfurt... etc, para "combatir", teóricamente, la ideología que nos presenta una supuesta e ilógica época posideológica que quieren hacernos creer que vivimos. Y parece mentira pero me da a mí que algo sí que "consiguen" estos eslovenos, que no hablan por hablar o resucitan por resucitar a muertos inservibles.
¿Cómo inventó Marx el síntoma?: I
Estos "herejes" de Zizek y compañía dicen que es Marx el que inventa eso del "síntoma". Así que aquellos "procederes" de aquellos "anticristos" llamados Freud y Marx algo tendrían que tener en común. Se trata de que trabajan sorteando una "trampilla": el buscar "contenidos ocultos" (esa es la trampa).
La mercancía y el sueño despliegan ya no un contenido oculto, sino una "forma". Esto es: es absurdo buscar como locos sólo "contenidos ocultos", secretitos objetivos. El truco está en preguntarse el "por qué" de esa forma en la que se manifiestan ambas cosas, por ejemplo los contenidos de los sueños.
En el caso de los sueños el "deseo" que en cierto modo se dice "nos constituye" se manifiesta como algo no simbolizable más que -"indirectamente"- mediante lo que Freud llamó "proceso primario". Esto es, mediante un proceso de "forma-ción", articulación. El problema no es "el fondo", lo oculto, sino la forma.
Fijarse entonces en lo que se requeriría:
- decimos que el sueño tiene que ser algo "significativo", querer "decir algo". Necesitamos romper la apariencia de "puro azar".
- pero ¡nos tenemos que quitar de la cabeza el "buscar el significado"!
Esto es, tenemos que centrarnos en "el trabajo del sueño", que es donde se manifiesta el inconsciente, inconsciente que maneja realmente pensamientos corrientes, conscientes, perfectamente "normales", que como decíamos: "está afuera".
A mí me pasó una vez de forma muy muy consciente, escuchando música, y verdaderamente no sé cómo no he buscado que me pase más veces así de "bien". En aquel caso, "el inconsciente" ligó las características de la música a contenidos conscientes normalísimos de la vida diaria, como por ejemplo bajar escalones, etc. Pero hubo una especie de sensación "plena", proporcionada por el mero hecho de conectarse dos cosas muy diferentes: el transcurrir de la forma musical, variada, que se está oyendo, y uno o varios sucesos disjuntos, perfectamente representados aunque quizá no muy complicados, pero eso sí, de la realidad. Cuando la ilusión "termina" uno casi se ve obligado a decir: ¡he descubierto algo! Y quizá de lo que hemos sido testigos es de algo así como de una especie de "acto puro de significación", no ligado a ningún mundo, fuera de toda posibilidad, de todo "mundo de realidad" posible.
Pues bien, resulta que Marx hace lo mismo que Freud al intentar buscar "el secreto de la 'forma-mercancía' ".
- Igual que antes, el valor de una mercancía, o del trabajo... no puede ser que dependa sólo del puro azar. Tiene que "haber algo más".
- Pero no nos podríamos quedar meramente con el significado, el contenido oculto, eso es la "economía política clásica", y Marx pretende ir más allá, precisamente alertando a esta que tras sus científicas explicaciones se haya algo misterioso: la forma misma.
Sí, lo sé, no hemos avanzado nada, menos si no sabemos o recordamos todo sobre Marx, vale.
Además, uno puede encontrarse en internet con textos como este:
"Que los conceptos abstractos puros no tienen precisamente el pensar como autor (Urheber) sino que vienen de alguna manera de "fuera", es el tema repetitivo (durchgaengiges Leitthema) de la historia de la filosofía occidental:..."
Página aquélla, por cierto, extrañamente traducida del alemán por unos colectivos de pacientes muy impacientes; os reiréis quizá al gustar de conocer esas rarezas y locuras si la visitáis, aunque desafortunadamente no están del todo "locos", pero sí son, como digo, extraordinariamente impacientes.
Esos textos, siguiendo donde estábamos, pueden hacer dudar de nuestra tarea. Ahora bien, recordad no sólo que Zizek lleva a cabo una especie de filosofía pop, que "ejemplifica "lo abstracto" con la vida diaria", con el cine, etc, sino que además estamos hablando de lo en común de dos autores, Marx y Freud, que nos siguen importando en tanto que sus "palabras": inconsciente, "ideal del yo", forma-mercancía, plusvalía... "nos rodean" y a veces materialmente nos agobian, y podemos seguir usando -antes aprendiendo- esos conceptos para aclarar algunos temas: nadie inventa desde la nada y la comunicación humana, cuando hay, se hace por ahora mediante "palabras" (hasta que inventemos la transmatemática, que en eso estamos y todo llegará ;) ).
Sigamos aún así complicando más la cosa.
Ahora se nos aparece un nombre inquietante y relativamente "desconocido": Alfred Sohn-Rethel.
Zizek dice de él que es el que desplegó más profundamente el "alcance universal" de la "forma" en el caso de Marx, esto es, de la forma-mercancía, vamos, lo que acabamos de presentar, meramente presentar. Este Sohn-Rethel es compañero de viaje de la escuela de Frankfurt, osea, amigo de gente como Adorno, Horkheimer...
Este señor se aventura nada más y nada menos que a decir algo así: la forma-mercancía es, como abstracción objetivada en la realidad vivida y experimentada, la que da pie al "sujeto trascendental" kantiano. Este sujeto, digamos que es algo que conceptualiza estupendamente cómo es posible que alguien pueda hacer "ciencia". Esto es, tenemos que la abstracción objetiva, la funcionalidad objetiva de lo social en la realidad, generaría esa subjetividad científica capaz de "captar la naturaleza". Entonces, ese pensamiento capaz de decirse a sí mismo que "conoce-objetivamente-con-validez-universal" nos vendría prefigurado nada más y nada menos que en nuestra sociedad de cada día, y sería por tanto condición para que haya podido existir. Existe entonces, una especie de "causalidad" entre los aspectos más abstractos de la mercancía que darían la condición de posibilidad de la ciencia y de toda la crítica kantiana, la tan venerada e insoslayable labor crítica de Kant, con sus categorías del pensamiento como marco a priori.
Nuestro tiempo sigue siendo "enemigo" de estas críticas simplemente "complejizantes", de este tipo de uniones "holistas" tan sorprendentes, pero dice Zizek que Sohn-Rethel consigue todo ello tras minuciosos análisis. Habrá entonces que leerlo. Desde luego tenemos claro que en filosofía si a algo se aprende quien algo aprende en bachillerato, por ejemplo, es a todo menos a criticar, y mucho menos a criticar la crítica, la ciencia.
Este pdf
es un resumen en francés del libro de Sohn-Rethel que comenta Zizek.
Haciendo otro "excurso"...: no sé si habéis sentido alguna vez esa "abstracción". Yo la vinculo con la horrible sensación, el "mal cuerpo", tan común, que te deja el hecho de que a uno le paguen seres conocidos/amados (como alumnos, etc)... la mercancía, tratar el trabajo del otro, osea, directamente al otro como mercancía, inscribirlo en ese flujo universal y homogéneo... es una abstracción pura y dura, y eso lo queramos o no: "no es de este mundo". Para bien o para mal. Para algo más que para hacer dinero o cambiar las políticas existirán los bancos, algunos tan inhumanos como el Banco Mundial, pero bueno.
De todas maneras, hemos metido mucha "paja" antes de una observación fundamental: el dinero es antes que la ciencia de la que hablamos, es muy anterior en el tiempo. "Lo cuantitativo", tiene entonces un gran "trabajo hecho" mediante ese simple "dinero", y a la hora de poder hablar más tarde de ciencia cuantitativa o de mecánica clásica de las partículas en espacios meramente geométricos, "abstractos". Aparte, Sohn-Rethel no se contenta con meter aquí a la física y a las matemáticas, también arremete con la filosofía de la razón pura.
Así que tenemos una abstracción real, demasiado real, y además ya la tenemos liada: el inconsciente está afuera, tiene que ver con lo real no simbolizable, ay ay ay... todo tiene mucho que ver. Nos quemamos. Y eso dice Zizek. "la 'abstracción real' es el inconsciente del sujeto trascendental, el soporte del conocimiento científico objetivo universal". ¿Para qué puede servir esto? Leamos todo el libro a ver qué sacamos en claro, quizás se nos olvide esta pregunta y simplemente quedemos cautivados por la fuerza de los conceptos que intenta divulgar Zizek, o quizás no.
Recordemos que hay "real" y hay "realidad". Esa "abstracción real" no es "realidad", no se encuentra en las propiedades de las mercancías, es nuestra subjetividad la que impepinablemente hace que allí "se encuentre"; y no sólo eso, ese real "espectral" es por decirlo así, la sustancia más íntima de lo social. Está "implícita" en el intercambio de mercancías. Las mercancías por tanto... ¡cobran vida! Ellas creen que son indestructibles, incorruptibles en tanto portadoras de un valor que lo es a lo largo de toda la eternidad, y lo creen nada más y nada menos que A TRAVÉS DE NOSOTROS. Los objetos creen, hemos trasladado las creencias hacia los objetos, nosotros "ya no creemos", se dice, "vivimos en una sociedad 'posideológica', nos reímos interior o exteriormente de "nuestros" ideales -y por supuesto también de los de nuestros "seudo-amos", claro... Toy story no es -por cierto- una mala película para empezar a pensar "en psicoanálisis", a la vista de esta vida recobrada por las mercancías/juguetes ;)... ¿todos estos guionistas están haciendo un guiño a la teoría marxiana?
Buzz Lightyear cree que tiene que salvar a su planeta de un malvado, pero de repente... se da cuenta de que "es sólo una mercancía en el mundo de los humanos"... y lógicamente se conforma con estar viva en tal mundo, por supuesto, pues como vemos, ¡los juguetes sí que están "vivos"!, creen a través de nosotros... Quizá haya entonces algo ultrarRradicalmenteChupiSubversivo en esta película: vale, asumido que las mercancías están vivas... ¡juguemos con ellas! Esto es: ¡locura total para destrozar su monolítica creencia! ¡hagámosles creer otra cosa a las mercancías! ¡soñemos cosas más divertidas que una mera eternidad del valor a través de ellas!
Bueno, aparte de los desvaríes acabados de realizar por mi persona con el fin de desentumeceros un poco, este tema de la "política radical" es uno de los puntos claves del comienzo del magnífico libro de Zizek: cómo hablar de "democracia radical" y de política "en serio", cuando sabemos que hay demasiada y a la vez insuficiente "razón" en la cínica crítica de la ideología liberal: "cualquier intento de actualizar "utopías" te lleva al peor totalitarismo". Pues es que da la casualidad que la ideología liberal es, como bien dice el nombre, otra ideología, - de la que por cierto ya vemos o sufrimos sus tics totalitarios. Todo lo que se justifique con las palabras de "ciencia", "objetividad"... no es menos merecedor de nuestras sospechas que lo que lo haga con las palabras "rabanitos" o "cocción", pues la -mi propia- observación siguiente demuestra en qué clase de ridículo estamos, la puse de carrerilla, mirad: "la ciencia (y la cocina) no son conocimientos y procederes absolutos que hayan llegado ya a una perfección superior en la que poder verter todas nuestras vaguerías y/o afanes de protagonismo". ¿Os dáis cuenta? Me he metido yo solito en la trampa, suele pasar, caer en las técnicas que quieres denunciar o criticar: he exigido perfección, he dado siquiera pie a ese "concepto", a la "pureza", a la "razón" aislada de todo contenido social... así que como véis, el pedir de algo que sea así y que nos digiera en sus fauces sociales en tanto tal superioridad científica es el síntoma de que vivimos encerrados en una especie de "círculo ideológico". Por todo ello seguimos requiriendo pensar, como siempre lo han requerido y lo requieren hasta los propios científicos en las épocas de crisis o de creación: pensar la forma de esas ideologías posideológicas. Pensar cómo son siempre -por supuesto- "ideológicas". Se nos dice que se ha acabado la era de la historia, de la ideología, etc... ¿Por qué? ¿Cuál es la trampa ideológica aquí?
Veamos, la abstracción real no es realidad, pero tampoco es pensamiento a secas. Es algo así como que el pensamiento se encuentra con lo que lo articula afuera, ahí afuera. Eso además sería una sucinta definición de "inconsciente": "la forma del pensamiento externa al propio pensamiento, Otra Escena externa al pensamiento con la cual la forma de éste ya se ve articulada de antemano" (pág. 44). Es esa realidad formal externa a la que nos referimos si decimos "orden simbólico", orden que media, complementa, altera, la relación entre los hechos externos y lo interno subjetivo. Althusser rechazó el concepto de "abstracción real", Sohn-Rethel critica eso de Althusser, ya que como véis quizá necesitemos meter algo más entre "objeto real" y "conocimiento". Y hemos visto qué: un orden formal prácticamente inasible, espectral, el del inconsciente/orden-simbólico, el de la forma-mercancía... ¿Se ve? ¿Se ve qué increíble escándalo supone decir a "toda la reflexión filosófica" que su "realidad" también está afuera y de una forma básica, esto es, se encuentra "controlada" por algo que no controla?
Así que llegamos a una especie de apoteosis aclaradora: En palabras de Sohn-Rethel: "Así pues, cuando hablamos del carácter abstracto del intercambio hemos de tener cuidado de no aplicar el término a la conciencia de los agentes del intercambio. A ellos se supone que les ocupa el uso de las mercancías que ven, pero les ocupa sólo en la imaginación. Es la acción del intercambio y sólo ella la que es abstracta... el carácter abstracto de tal acción no se puede constatar cuando ésta sucede porque la conciencia de sus agentes está entrando en relación con el negocio que éstos hacen y con la apariencia empírica de las cosas que pertenecen al uso de los mismos. Se podría decir que el carácter abstracto de su acción está más allá y sus actores no pueden darse cuenta de aquél porque su conciencia se interpone en el camino. Si el carácter abstracto les capturara la mente, la acción dejaría de ser intercambio y no surgiría la abstracción.". Y ahora viene lo bueno: resulta que al tener que rechazar esa dimensión universal y socio-sintética en el acto de intercambio, cuando compramos, nos sentimos individuos atomizados en el mercado, con intereses propios, haciendo negocios, aislados... Así que reprimimos una dimensión social de nuestros actos, por necesidad. Y dice Zizek a través de Sohn: "esta dimensión social reprimida de su acto emerge por consiguiente en forma de su contrario, como Razón universal dirigida a la observación de la naturaleza". Así que tenemos un no-conocimiento que es esencial para conformar la realidad, realidad que se vería tocada si llegáramos a "saber demasiado".
Y he aquí entonces la dimensión fundamental de lo "ideológico" que por fuerza nos ha de servir para analizar nuestras ideologías en la era posideológica que pretenden hacernos vivir: las ideologías no son sólo "falsas conciencias", ilusiones sobre la realidad, ¡es la propia realidad la que es ideológica! Ideológico sería nuestro ser social, nosotros en tanto que "somos" gracias a estar soportados por una "falsa conciencia". Y esta es también la dimensión del síntoma: "una formación cuya consistencia implica un cierto no-conocimiento por parte del sujeto": sólo viviremos repetidamente síntomas en la medida en que no interpretemos, en que la lógica no sea accesible, se escape. Si ocurre lo contrario adiós síntoma, adiós "mundo".
Así que nos las vemos ya con el síntoma, el síntoma social y marxiano. Fue Lacan al parecer el que dijo que Marx inventó el síntoma. Fijarse muy bien, el síntoma es esencial, es algo constitutivo. De él depende la consistencia de la realidad.
Esperemos que con los siguientes resúmenes vayamos conectando cosas, va a ser difícil pues el mismo Zizek no pretende hacer "manuales", no se trata de eso.
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10 comentarios
juan (de argentina) -
Ana -
Laura (desde Argentina) -
Gracias!!!
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